viernes, 7 de agosto de 2009

EL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE

A.] El marco histórico. El siglo XIX
Entre la muerte de Kant en 1804 y el nacimiento de Nietzsche (1844) no hay una distancia grande en el plano cronológico (40 años) sin embargo, en el plano histórico, cultural y filosófico se producen grandes cambios y tienen lugar importantes movimientos en Alemania, como en el resto del contienente. Con la Revolución Francesa (1789) se marca el fin del Antiguo Régimen, caracterizado por las Monarquías paternalistas y absolutistas. En Inglaterra se adelantó. Pero la edad contemporánea, la actualidad podemos verla en las consecuencias abiertas por la Revolución francesa, lo que supuso el fin de la Ilustración y la aparición del Nuevo Régimen. Y trajo como consecuencia el imperio de Napoleón y el surgimiento de Alemania y de Italia como naciones. La primera del brazo de Prusia cuya capital es Berlín. En 1949 Marx y Engels crean el Movimiento socialista revolucionario. En 1861 Sube al trono Guillermo I de Prusia. Bismarck, su canciller, busca la hegemonía de Prusia sobre Europa. En 1870 tiene lugar la guerra franco prusiana que concluye con la derrota francesa y proclamación en Versalles del II Reich alemán. Guilllermo I es proclamado emperador de 25 Estados alemanes. Italia logra la unidad con Víctor Manuel. Y en 1871 Roma se establece como capital de Italia. En 1888 muere Guillermo I y sube al trono Guillermo II tras un breve reinado de Federico III. En 1990 es destituido Bismarck. 1898 Guerra Hispano Norteamericana. 1914 I Guerra Mundial.
§ 1 La edad contemporánea.
Desde un punto de vista más profundo si los actos humanos son consecuencia de las ideas que se tienen y de los pensamientos que florecen en un espíritu pensante, la edad Contemporánea se inicia en el paso de la razón pura, criticada por Kant a la razón dialéctica e histórica abierta, estudiada y sistematizada por Hegel. El pso se establecería con la publicación de la Fenomenología del espíritu, de Hegel en 1807
§ 2 La revolución científica y la revolución industrial.
Se origina en el siglo XVII, en el siglo siguiente de la Ilustración comienza a dar sus frutos, aplicanse las leyes de la ciencia a la mejora de los cultivos; las cosechas son más abundantes; un mayor cuidado e higiene traen consigo una mejor salud, una mayor calidad de vida y un aumento de la población. A fines del XVIII la industria se adelanta a la ciencia en Inglaterra, la ciencia confirmará las predicciones de la técnica, adquiriendo un carácter dirigente. Surgen las primera máquinas de vapor, aplicadas a los tejidos, luego se aplicarán a los barcos y a los ferrocarriles, en el siglo XIX, ya en la época de Nietzsche se acortan las comunicaciones.
B.] El marco cultural.
El marco cultural y filosófico no se diferencian en esencia pues la filosofía no es sino un producto cultural y depende de lleno de una cultura dada. En el marco cultural deberíamos destacar las obras del arte, de la ciencia y de la filosofía. El arte se hace ecléctico, por el gusto por la Edad Media se rescata un neorománico y un neogótico, que hoy puede observarse en algunos edificios sobre todo ingleses. En pintura y literatura el romanticismo, explosión del sentimiento frente a la razón ilustrada. La ciencia experimenta un despegue en este periodo. Aparecen y se desarrollan ciencias nuevas: la biología y la química. Y tiene lugar un hecho importantísimo: el desarrollo de la teoría de la Evolución de las especies por Ch. Darwin

C.] El marco filosófico.
Nos interesa de una manera particular, porque las ideas los pensamientos son el motor de las acciones. En esta época se produce un gran fermento intelectual y filosófico. Para centrarnos en el continente europeo, tenemos el prerromanticismo, que se adelanta en Alemania, luego el romanticismo, a principios del siglo XIX, Alemania e Inglaterra toman la delantera. En Alemania tiene lugar el Idealismo, que es un corriente que viene a continuar la filosofía de Kant, denominada por algunos como Idealismo crítico, tras él Fichte, Schelling y Hegel. En Francia tiene lugar el positivismo con A. Comte. De Hegel surgirán una serie de movimientos, en general críticos de gran alcance y difusión, como el materialismo de Marx. El voluntarismo de Schoenhauer, la filosofía de Feuerbach. El irracionalismo de Kierkegaard y de Nietzsche.
§ 1 El idealismo crítico de Kant. Se llama idealismo a aquella corriente de pensamiento que viene a colocar la solución del problema del conocimiento y de la realidad en el interior del sujeto, en su mente, en su intelecto. Idealismo se opone a realismo, que se atiene a las cosas, y a materialismo. Podemos distinguir entre un idealismo objetivo y otro subjetivo, el primero es el que acabamos de caracterizar, el idealismo subjetivo es aquél que afirma que pensar es pensar por ideas, y las ideas, los contenidos de nuestra mente, cuando esta piensa, son imágenes de nuestras percepciones. Este último puede ser empírico o trascendental, que es el de Kant, por la vinculación que se da entre la sensibilidad que aporta el contenido y el entendimiento que aporta la forma en el fenómeno.
§ 2 El prerromanticismo (Sturm und Drach) Goethe y Schiller. Antes de la muerte de Kant, hacia 1770 se inicia la corriente prerromántica con Goethe (1749-1832) y Schiller, La obra desencadenante es: Las desventuras del Joven Werter (17741, 17782). El interés de esta obra, además de la calidad literaria es estriba en la exaltación del sentimiento frente al poder de la razón destacado por la Ilustración.
§ 3 El romanticismo: Novalis, H. v. Kleist. Es un movimiento literario que sucede al prerromanticismo y que se adelanta en Alemania con la obra de Novalis. Seudónimo de F. von Hardenberg (1772-1801): Himnos a la noche (!799) ; una serte de sistema poético en donde predomina el sentimiento, y una suerte de geografía nocturna tan del agrado de los románticos. Tras Alemania e Inglaterra esta corriente se extendió por toda Europa.
§ 4 El idealismo Alemán. Es sin duda la corriente de pensamiento de mayor envergadura Se inicia con la filosofía de Kant, llamada también idealismo crítico o trascendental, culmina con el Idealismo absoluto de Hegel (1831) y termina con el pensamiento del viejo Schelling. Sus representantes son:
a.] El idealismo trascendental de Fichte (1762-1814). Es de clara inspiración kantiana, si bien Kant que ayudó a la publicación de su obra: Sobre el concepto de la Teoría de la ciencia (1794) rechazó expresamente la «intuición intelectual» admitida Fichte pero incompatible con la filosofía critica.
b.] El idealismo objetivo de Schelling (1775-1854) Del Schelling de la primera época
c.] El idealismo absoluto de Hegel (1770-1831) Representa la culminación del idealismo. En su obra La ciencia de la lógica (1812), la mayor obra erigida al espíritu, se contiene no solo la marcha de la lógica que es la marcha misma del pensar, también la marcha y despliegue de la naturaleza en su dinamicidad interna y externa y del espíritu en todas sus formas desde el saber más aparente y alejado de sí, hasta la idea Omnicomprensiva del Saber Absoluto: que se sabe a sí mismo y se conoce a sí mismo. También es el creador de un método, dialéctico que va a ser muy utilizado pensadores , doctrinas y escuelas posteriores. El pensamiento de Nietzsche es antitético del de Hegel.
§ 5 La herencia de Hegel: el positivismo y el marxismo. Hegel murió en 1831, sus herederos se agruparon en dos bandos la derecha hegeliana y la izquierda. Ya en vida Schopenhauer, el pensador más literario de todos, en 1819 recién acabada la tesis doctoral anunció su curso a la misma hora que Hegel y no fue nadie. Este autor de El mundo como voluntad y representación, fue uno de los maestros de Nietzsche. Ya en la izquierda hegelianan debemos señalar a Feuerbach y al marxismo
§ 6 El irracionalismo de Kierkegaard (1813-1855) Nietzche no llegó a conocer a este autor que, por potro lado llevó una vida bastante similar salvadas las diferencias. Y que viene a ser el padre del existencialismo contemporáneo, de igual modo que Niezsche se presente como padre del vitalismo.

EL PENSAMIENTO DE NIETZSCHE: (Vida, obra, doctrina)
«Inocencia y olvido es el niño, un comenzar de nuevo, un juego, una rueda que gira por sí misma, un primer movimiento. Un santo decir sí.». Nietzsche: Así habló Zaratustra (I, 1)
Introducción.
Federico Nietzsche es un pensador que procede del campo de la filología clásica. Dotado de un gran talento como escritor y de una sutil y profunda inteligencia, encontramos en él, cuando se refiere al ámbito de lo pensado, junto a metáforas luminosas y profundos pensamientos­ conceptos ambiguos, e ideas no claramente expresadas ­y el sentido que acostumbra a dar a ciertos términos no suele coinci­dir con el que tienen en su acepción corriente o tomadas desde un punto de vista lógico, conceptual o científico.
Hay, no obstante, otras dificultades; en principio su pensamiento es fiel reflejo de su personalidad: «He escrito mis libros con mi propia sangre», declara. Pensamiento y vida se condi­cionan de un modo tan estrecho e íntimo, que dejar a un lado uno de estos dos polos hace que su pensamiento resulte falseado y poco menos que imposible de entender. Desde esta óptica, su obra es expresión, fijada en carac­te­res de imprenta, de su vida, de ese drama peculiarísimo y propio que consti­tuyó su trama vital. Otra dificultad son los elementos nuevos que introduce en filosofía: el aforismo y el poema, que dificultan la comprensión de su pensar. No es extraño que llegue a decir de su filoso­fía que se oculta bajo máscaras, pues: «Todo lo que es profundo se oculta bajo másca­ras». Pero estos disfraces, estas máscaras son también aplicables a su propio pensamiento. En gran medida nos resulta problemático e insondable lo que quiso decir y pensar.
A estas dificultades debemos añadir que Nietzsche se ejercita en una reflexión infinita, sin concesiones, sin término de llegada. Dotado de una extraordinaria agudeza psicológica llega a pensar lo más profundo en esa arista pequeña y sutil entre lo inefable y el silencio abismático. No obstan­te su escaso bagaje conceptual, a menudo su pensamiento llega a conmovernos, a pesar de observar en él algunas contradicciones y no pocos diagnósticos errados que, lejos de debilitarlo, parecen afirmarlo, fundamentarlo.
I. La vida de F. Nietzsche
Discurre entre 1844 fecha de su nacimiento en la casa parroquial de Röcken, (Turingia) el 15 de octubre, y 1900 fecha de su muerte en Weimar, el día 25 de agosto. Entre medias de esas dos fechas haremos constar que en su casa era tenido como un niño prodigio del que conservan sus disertaciones y estudios musicales. Estudió en Pforta, Bonn y luego en Leipzig. Estudiando filosofía clásica. Pero la lectura de Schopenhauer le inclinan hacia la filosofía de una manera no académica, sino particular o privada. En 1869 unos trabajos sobre Teognis, Simónides y Diógenes Laercio, le valen para ser nombrado profesor de filología clásica en Basilea (Suiza), un caso insólito. Se convertirá en ciudadano suizo. Comienza su amistad con R. Wagner. En 1770 estalla la guerra Franco-prusiana; participa como enfermero de una ambulancia. A pesar de la rápida victoria alemana, se va distanciando de la cultura alemana y de los alemanes. En 1871 escribe El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música. Libro mal acogido por los filólogos y que en las restantes ediciones, sobre todo tras la ruptura con R. Wagner, aparecerá como El nacimiento de la tragedia. Nietzsche se int3eresa por la física, la biología y la medicina. Su salud se va quebrando, dolores constantes de cabeza y de estómago, dificultad de palabra, que le llevan a renunciar a la docencia. Gracias a Overbeck, amigo suyo, obtiene de la Universidad en 1878 una modesta pensión. A partir de entonces comienzan los años de vida errante.
Recorre varios países: Suiza, Italia, Francia. A veces vuelve a su pueblo Naunburg. Su enfermedad se agudiza. En 1887 publica Humano, demasiado humano. A partir de 1880 tiene una ligera mejoría comienza el periodo más intenso y rico de su vida y de su producción literaria y filosófica, periodo que se abre con Aurora (1880) y prepara la Gaya ciencia (I y II, 1882). Antes, en 1881, estando en Sils María, tiene una experiencia turbadora difícil de definir pero a la cual di mucha importancia hasta el punto de llamarla su pensamiento mas profundo: el Eterno retorno de lo idéntico. El año siguiente de 1882 conoce a Lou Salomé, joven rusa, que admiraba a Nietzsche por su talento intelectual y del que escribió una de las mejores biografías que se han escrito (en 1894). Entre 1883 y 1885, aparecen los cuatro libros de Así habló Zaratustra, un libro para todos y para ninguno. Después 1n 1888 publica Más allá del bien y del mal. Su salud se va resintiendo, parece cada vez mas aislado y solitario. Apenas si las ediciones de sus libros, que le cuestan dinero, cuentan con unos pocos ejemplares que, además, apenas se venden.
En el año 1888 se produce una gran actividad intelectual, escribe numerosas obras que verán la luz póstumamente. A fines de 1888 escribe unas cartas bastante extrañas. El 3 de enero de 1880 se produce la crisis de Turín. Overbeck le recoge en un estado lamentable y le lleva muy a su pesar a Basilea; le interna en un hospital psiquiátrico donde se le diagnostica una «parálisis progresiva». Su madre se hace cargo de él y lo traslada a un hospital de Jena. Pasado un tiempo, será trasladado a su casa. La evolución de su enfermedad prosigue lenta pero implacable, Muere en Weimar en 1990, el 25 de agosto.
II Nietzche : La obra
A parte de la obra Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, que entra para comentar, escribió otras, algunas de las cuales han alcanzado gran renombre, como La gaya Ciencia, Así habló Zaratustra, La genealogía de la moral, El crepúsculo de los ídolos, Ecce Homo o Mas allá del bien y del mal. Algunas de estas obras, como Ecce Homo y Sobre verdad y Mentira en sentido extramoral, aparecieron póstumamente. Esta última fue escrita hacia 1873, fecha de la publicación de su primera obra filosófica El Nacimiento de la tragedia. Por lo tanto pertenece a su primer periodo, estético que hemos caracterizado como metafísica del arte y del artista. Sin embargo su pensamiento es bastante maduro, y al final de su vida lúcida viene a reafirmar sus pensamientos iniciales, formulados en el primer periodo.
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Es un escrito corto. Solo tiene dos capítulos, probablemente inacabado. Se inscribe dentro de los escritos y conferencias preparatorios lugar a la obra: El nacimiento de la tragedia. Este no llegó a publicarse. Otros escritos son: Sócrates y la tragedia, El drama musical griego, La visión dionisiaca del mundo. En todos ellos descubre un uno elementos que serán clave para el desarrollo de su pensar posterior de su pensar, se trata de una formulación un tanto tosca pero que veremos desarrollada en el último periodo y esta interpretación es, tal vez muy a su pesar, lo que hace de Nietzsche un pensador metafísico cuya interpretación hace variar radicalmente la concepción que tenemos del mundo griego, y de la historia de occidente, así como del lugar que en todo ello ha jugado la razón.
El título. Es un tanto ambiguo. El término extramoral nos indica que no se trata de la ética el ámbito donde se saca o aplica el escrito de Nietzsche. El término mentira es el que introduce la ambigüedad, porque en un marco teórico, no moral sino intelectual lo contrario de la verdad es la falsedad o el error. Pero Nietzsche se mueve como pez en el agua en el seno de la ambigüedad y por ello no debe preocuparnos ya que, en numerosas ocasiones utiliza los términos lógicos como términos psicológicos, como fenómenos subjetivos, que afectan y tienen lugar en la esfera, en la conciencia de un sujeto.
Estructura y contenido. La estructura es sencilla: dos capítulos de extensión diferente, el 2º es mucho más corto. El 1º se abre con una metáfora. Examina la tierra desde fuera y juzga la historia universal entera como un minuto altanero y falaz. Visto desde el cosmos es posible. Este hecho le lleva a negar el valor del intelecto. Y se sorprende del filósofo que se piensa como el ombligo del mundo, como si desde todas partes se le contemplara y admirara. Es el tema del engaño, de la falsedad y del error. ¿Dónde y cómo se originó todo esto?
El contenido. Las tesis principales son: el pensamiento miento, no conduce a la verdad, no porque se equivoque y hierre, que también lo hace, sino porque es falaz y engañoso, más que una facultad de ve verdad es una capacidad de fingimiento. No dice que sea taxativamente falso, sino falseador. El lenguaje no expresa la naturaleza de las cosas, El hecho de la pluralidad de lenguajes así lo demuestra. Las palabras jamás llegan a la verdad. En la naturaleza no hay seres abstractos sino individuales y concretos. La verdad es convencional: lo que yo interpreto, y como utilizo las metáfora, las metonimias. En este punto afirma que la verdad depende del sistema de conceptos de cada pueblo. Como hay una gran variedad de pueblos hay una diversificación de la verdad. (Más adelante en el último periodo radicalizará un tanto esta postura hasta reducirla al sujeto, por ello la verdad es algo relativo no hay verdades eternas, ni universales y necesarias.
El capítulo segundo se habla del hombre intuitivo. Todo el rezuma entusiasmo. El hombre ahora no se guía por conceptos, sino por intuiciones. Y no existe ningún camino que conduzca desde esas intuiciones a la región de las abstracciones. Luego contrapone los dos tipos el hombre de razón y el hombre de intuición el intuitivo y el racional. Este hombre intuitivo lo descubre Nietzsche en la Grecia antigua es tan irracional ante el sufrimiento como ante la felicidad. Su antítesis es el hombre estoico, tal vez para nuestro autor, símbolo de la decadencia del espíritu griego, desde luego se trata de un pensamiento posterior a la gran filosofía de la época clásica. Surge tras la muerte de Aristóteles.

III LA DOCTRINA
§ 1 Valoración de Nietzsche: crisis de la razón, crisis de la cultura.
El gran mérito de Nietzsche consistió en percibir cómo bajo la estable apariencia de una comodidad vacía se escondía una profunda crisis epocal que se apresuró a denunciar. Esta crisis era en esencia religiosa, metafísica, y moral. Frente a esta crisis preconizará un individualismo sincero y auténti­co, pero también un individualismo áspero, sin concesiones a la galería. El hombre parece encadenado por diversas doctrinas y sistemas cerrados de pensamiento que le impiden desarrollar sus potenciali­dades.
Frente al encasillamiento del hombre; frente a la mediocridad imperante; y frente a la vacuidad de las doctrinas sociales que surgen durante el si­glo, afirma la libertad fundamental del hombre y su dignidad como persona. Podemos contemplar a Nietzsche como creador de un siste­ma filosófico, enton­ces su pensamiento nos parecerá endeble, confuso por momentos, y ambiguo; o podemos contemplarlo como crítico de la cultura, entonces se nos aparecerá extraordinariamente fecundo, pero, a menudo, su critica es sofística; Pode­mos contemplarlo como diagnosticador del futuro, su visión parece dotada de una intensidad de penetra­ción que no deja de ser in­quietante.
§ 2 Los periodos de su vida intelectual
El pensamiento de Nietzsche en su evolución puede compren­derse en cuatro periodos de extensión casi parecida y de los cuales se percataron en vida sus propios amigos y comentadores (Lou Salomé y E. Fink). Los dos primeros periodos son de preparación; el tercero abarca el periodo de madurez, el más importante y rico en cuanto a su producción lite­raria y filosófica; el cuar­to y último, aquél en que extraen las conse­cuencias negativas y aporta las claves para entender la totalidad de su filoso­fía. Por ello nos referiremos de un modo más extenso a estos dos últimos periodos, porque es donde se con­suma su visión del mundo y de la vida, si bien como también podremos comprobar esta visión ya estaba en el primer periodo.
1º periodo. Estético. Metafísica del arte y del artista.
Centrado en la obra estética El nacimiento de la tragedia. Su título inicial, por influjo de Wagner fue El nacimiento de la tragedia en el espíri­tu de la música (1873).Pero tras romper con él lo dejó en la forma más abre­via­da que conocemos. Su preocupación principal es la estética, ciencia de la sen­sibilidad y en ella se destaca un fenómeno que tiene resonancia en todos los ámbitos de la cultura. Me refiero a la Tragedia Griega, a su origen al carác­ter total de la representación, al pensamiento que en ella discurre, al equili­brio inestable, sutil, que a ella caracteriza. Música y canto, arte plás­tico y representacional logran una síntesis inigualable, irrepetible, expre­sión tal vez acabada y madura de dos instintos griegos: Lo apolíneo y lo dionisiaco.
Lo apolíneo, simbolizado por el Dios Apolo es el instinto de lo figu­rativo, el espíritu de medida, geométrico, el espíritu de la bella apariencia, de la forma y disposición ordenada. Lo dionisíaco simbolizado por el Dios Dionisos, que es el dios de lo caótico y desmesurado, representa el espíritu de lo informe, el frenesí extático, sexual, simboliza el espíritu de la música. Lo interesante de la interpretación de Nietzsche es que ambos instin­tos tan antagónicos, tan antitéticos, se encuentran en la tra­gedia griega en un raro equilibrio, que no volverá a repetirse en la historia de la cultura. Esto hace de la tragedia griega un acontecimiento único e irrepetible. Ya más discutible es la consecuencia que saca de este fenómeno cultural: la filoso­fía, cuya época de esplendor situamos en el siglo IV a. J. C., con Sócrates, Platón y Aristóteles­, es un fenómeno de decadencia, en donde la razón en auge, idealista y antivital, viene a suplir los instintos griegos, y esto tiene un causante y un responsable: Sócrates y Platón, en el sentir de Nietzsche. De este periodo es la obra Verdad y mentira en sentido extramoral.
2º Periodo. La Ilustración
Este periodo viene a ser un homenaje a la cultura francesa. La obra fundamental es Humano, demasiado humano, en donde encontramos una discusión interna con Schopenhauer, filósofo de la voluntad y gran comunicador de ideas y del que toma numerosos temas, y Wagner, de quien se va apartando cada vez más. Junto a ello, y tras proclamar el predominio de la ciencia, quiere exami­nar críticamente las pretensiones de la metafísica, la religión, el arte, la moral, el genio y la cultura. Estamos en un periodo de transición, de preparación, que logrará una mayor perfección en las etapas venideras.
3º periodo. Madurez. Periodo de Zaratustra
Este periodo se inicia en 1882 con Aurora y termina en 1885. Las obras principales de este periodo son: Aurora, (188 ) La gaya ciencia (1882). Así habló Zaratustra (1883‑84) y Más allá del bien y del mal (1885).
Por el título de las obras que lo conforman podemos asegurar que esta­mos en el periodo más positivo y creador de Nietzsche. La obra principal es sin duda Así habló Zaratustra donde se encuentran tratados y desarrollados todos los temas fundamentales de su pensamiento. Dentro de este periodo de Zaratustra se encuentra el libro V de La gaya ciencia, (escrito en 1886 y cuyo texto se encuentra al final)
Los temas fundamentales de este periodo son: «El último hombre» y «el superhombre»; «La muerte de Dios», «la voluntad de poder»,«El eterno retorno de lo idéntico» y «el nihilismo». En realidad todos estos temas están rela­cionados y el tratamiento de unos nos llevan al planteamiento y formulación de los otros, pues hay en Nietzsche un verda­dero sistema filosófico. Nosotros trataremos, por su repercusión e impor­tancia, la relación antitética, de an­tagonismo profundo que plantea Nietzsche entre Dios y Hombre.
El Ultimo Hombre y el Superhombre. Se encuentra desarrollado en el inte­resantisimo prólogo de Así habló Zaratustra. Zaratustra, al bajar de la caver­na en la que había permanecido solitario, meditando, durante diez años, trae consigo un mensaje nuevo: «Dios ha muerto». Y así se lo comunica al anciano santo que encuentra en el bosque. ¿Qué significa esta muerte de Dios?. Se tra­ta de una situación antitética cuyo sentido puede resumirse: si con el con­cepto o idea de Dios se resume todo lo incondicionado, absoluto e ideal, con la «muerte de Dios» se expresará todo lo contrario. Así, tras la «muerte de Dios» el verdadero lenguaje del hombre ya no es nombrar a los dioses la invocación de lo santo, del ideal. Ahora el lenguaje es del hombre al hombre. Dios representa los valores tradicionales, los ideales que han entrado en de­cadencia y que deberán ser superados, precisamente por su pérdi­da de vigencia.
Frente a este derrumbamiento, simbolizado en esa expresión tan gráfica ¿Qué es lo que propone Nietzsche?. Propone un cambio radical, una nueva orien­tación, ¿Hacia dónde? Hacia sí mismo. Este ir hacia sí mismo del hombre, su­pone una toma de conciencia de su propia y peculiar situación mundanal, pues es aquí, en la Tierra, y no en las etéreas regiones celestiales ni en los su­tiles ámbitos de un ideal abs­tracto y transmundano, donde el hombre desarro­lla su vida y despliega su ac­tividad vital. Si, pues,«Dios ha muerto»,y Dios era la fuente de sentido y de significado espiritual y moral, religioso y metafísico del hombre, entonces sólo quedan: el hombre mismo (por la imperio­sa necesidad que tiene el hombre de reparar en sí mismo); y el Mundo, la Tierra (como lugar donde se produce el habitar del hombre).
La antítesis es entre Dios y el hombre. La «muerte de Dios» supone la vida y reinado del hombre. La vida de Dios la muerte del hombre. Es­to último, entendido como una agonía que ahora termina, es, en el sentir de Nietzsche, lo que ha ocurrido en los veinte últimos siglos de tradición filosófica.
Filosóficamente el tema de la «muerte de Dios» (que es el tema central del Libro I de Así habló Zaratustra, como del Libro V de La gaya scienza) supone una declaración de guerra contra la metafísica de Hegel y contra el dualismo cristiano. Para Nietzsche la «muerte de Dios»,el hecho decisivo de su tiempo (siglo XIX) simboliza la quiebra de los valores tradicio­nales. En virtud de la quiebra de estos valores nos instalamos en un tiempo de cri­sis, decae la metafísica­ los valores morales que se encuen­tran en estrecha conexión con los valores metafísicos se volatilizan. La crisis de la meta­física y la disolución de la moral son, en el sentir de Nietzsche, el signo inequívoco y profundo de una crisis sin precedentes en la cultura occidental que, de este modo, experimenta el agotamiento de sus fuentes y su inevitable acabamiento. ¿Y después? Nada. Esto es, la nada: el nihilismo (que será tratado por exten­so en el periodo siguiente). Podría haberse sacado algo (tal vez un as de la manga) pero decidió experimentar hasta el fondo este nihilismo.
4º periodo. final. La hora del crepúsculo y del nihilismo.
Este periodo final de su vida lúcida está comprendido entre los años de 1887 y 1889 en que cae víctima de una enfermedad mental. Durante este periodo logra dar remate ­a su pensamiento. Por ello, suele­ partirse de este periodo para ­explicar su filosofía. Mas lejos de avanzar con nuevos plantea­mientos, no rebasa el periodo de Zaratustra. Pero sí extraerá, sus consecuen­cias negativas. Es la hora del crepúsculo, la hora del nihi­lismo.
En Así habló Zaratustra se había referido al «ultimo hombre»,al «Super­hombre», a la «muerte de Dios», al «Eterno retorno de lo idéntico», a la «voluntad de poder», al «nihilismo», en este último periodo ya no avanzará más, tampoco puede decirse que su pensamiento retroceda, parece pretender ordenar­se, configurarse en un sistema coherente. Según Fink (p.172) está dedicado a la «mitad destructiva de su obra» que serán:«la disolución de la ética, de la religión y la destrucción de la metafísica».
Se trata de un periodo fecundo; Numerosas obras verán la luz. No son de­ma­siado extensas, pero sí importantes. En algunas se encuentran esas claves de que hemos hablado. Mas allá del bien y del mal (1886), Genealogía de la moral (1887), El caso Wagner (1887) El crepúsculo de los ídolos, (1889) El anticristo (1888),Nietzsche contra Wagner (1888) Ecce Homo (1888). Mediante un pensamiento sin concesiones a la galería, efectuará una tarea crítica en verdad demoledora contra la metafísica y contra la moral. A esta labor de negación, de antítesis llamamos antitéti­ca y por eso empezamos por ella.
§ 3 La filosofía como antitética
La antítesis es el hilo conductor para la interpretación del pensamien­to de Nietzsche en este periodo final. También la encontramos explícitamente formulada en periodos anteriores. Antítesis (anti‑thesis) significa oposi­ción, contraste. En sentido filosófico significa negación, pues es lo contrario, lo opuesto (anti) a una afirmación (thesis).Nietzsche utiliza la antíte­sis como concepto, como categoría y como método.
a.] Como «concepto» es lo negativo que se enfrenta a lo presunto posi­tivo decadente.
b.] Como «categoría» es la nega­tividad en virtud de la cual se enfrentará a lo establecido, sea esto presen­te, actual o pretérito, tradi­cional.
c.] Como «método» es un camino de conocimiento, de inda­gación opuesto a otros, en particular al método dialéc­tico De Hegel. Para Hegel la antítesis era una categoría dialéc­tica fundamental, el verdadero principio motor de su pen­samiento: la negati­vidad. Nietzsche es deudor del pensamien­to de Hegel, al igual que otros pensadores (Kierkegaard, Marx). Por ello, aunque se opone frontalmente al pensa­miento hegeliano, de hecho se encuentra dentro de su esfera de influencia. Su rebe­lión contra él y contra lo que representa su época, en el fondo no es otra que un inten­tar llevar a cabo y consumar la obra De Hegel en un doble senti­do: de «consumir» (ago­tar las posibilidades), y de «acabar» (esto es, perfec­cio­nar y realizar) las posibi­lidades inheren­tes a dicha dia­léctica que, en Nietz­sche, se convierte en una antitética.

Con Nietzsche la dialéctica de Hegel se convierte en una antitética.
§ 4 Crítica y destrucción de la metafísica y de la tradición occidental
Nietzsche relaciona la crítica de la metafísica y de la ética con la crisis de los valores crisis moral y religiosa de la civilización occi­dental. Diagnos­ticó que esta crisis era el resultado necesario de la pérdi­da de la fe en Dios y en la religión.
¿Es posible responder de un modo afirmativo a un mundo vacío de Dios y de Trascendencia? Esta antítesis agobiadora se instalará en el centro de su pensamiento e irá radicalizándose a medida que transcurran los años; en su periodo final contendrá una crítica despiadada a la metafísica, la re­ligión y la moral, que implicará una crítica a la sociedad y la política. En el presente tema nos referiremos al problema metafísico.
§ 5 El problema metafísico
La metafísica es ciencia de la totalidad a la par que una ciencia pro­blemática, empezando por su nombre. Bajo el nombre de meta­física suelen agru­parse una constelación de problemas que han ido sucediéndose a lo largo del tiempo. En su seno ha tenido lugar la discusión sobre las cuestiones prime­ras y últimas relativas al «Ser Supremo», a «Dios», al «Mundo», al «Hombre», la «Verdad», la «Razón», etc. La metafísica tuvo su origen en Grecia y sus iniciadores fueron Heráclito y Parménides. Parménides (que influirá decisi­vamente en Platón),es el iniciador de la especulación griega sobre el Ser en su unidad, y de la iden­tidad de ser y pensar: «es lo mismo ser y Pensar». Heráclito, también habla de la presencia universal del Ser: «La permanencia del río sólo existe en el discurrir de las aguas», de modo que ser y devenir coinciden. Lo característico de ambos, es que el ámbito donde discurre y se ejercita su pensamiento, el ámbito de la physis.
§ 6 Nietzsche y la metafísica
Nietzsche, desde su primera etapa, estética pretendía volver al ver­dadero fundamento de la metafísica. Este fundamento no se encuentra en Platón, como se ha pensado hasta ahora, sino en los pensa­dores presocráticos; en particular, en Parménides y Heráclito. La labor de Nietz­sche será semejante a la que efectuara Descartes, quién buscaba, a través de la duda, un fundamento fijo, estable y uni­versal, para la certeza. Nietzsche es uno de esos pensa­dores que sienten la necesidad de retornar al principio para buscar allí la fuente de la verdad y del error. Por ello, aunque severa­mente crítico con la metafísica, Nietzsche pasa por ser el «último metafísi­co», pues se mantiene dentro de su órbita inmanente.
En su retorno al fundamento de la metafísica hay una crítica de la me­tafísica tradicional. ¿De qué método se sirvió para efectuarla? ¿de qué instrumento? ¿en qué con­sistió esa crítica? ¿Cómo la llevó a efecto? ¿Cuales fueron las consecuen­cias?. Son cuestiones que contestaremos en breve.
§ 7 La psicología como instrumento
Nietzsche empieza haciendo un análisis crítico de los conceptos meta­físicos con el fin de ver su viabilidad; Conceptos como: «Ser»,«Ra­zón»,«Mun­do» (Physis), «Dios», «Verdad», «Bien», etc. son pasados sistemáticamente por la criba de la crítica. El método que sigue es antitético: «Una suerte de arte psicológico para el que estaba muy bien dota­do», pero cuyo arte no se parece a ninguna psicología conocida­. En este punto conviene observar que el campo de batalla en su crí­tica de la metafísica, no se plantea en el terreno de la lógica o meta­físi­ca, sino en el campo de la psicología; por ello, no pode­mos se­ñalar como una victoria sobre la metafísica, su pretendida crítica y destruc­ción. ¿Por qué? Porque no examina pensándolas, la verdad o falsedad de los conceptos fundamentales y de las ideas, desde un punto de vista lógico o real (ontológico), sino que a los conceptos fundamen­tales de la metafísica empieza por hacer­los sospecho­sos, esto es, falsos. Pero los conceptos meta­fí­sicos no tienen por qué ser ni lo uno ni lo otro, ni sospe­chosos, ni falsos; de la mera sospecha de una cosa no resulta su falsedad constitutiva. Para seña­lar que un concepto metafísico es insuficiente o falso no basta con de­cla­rarle sospechoso, no basta con que uno lo diga. Se precisa un análisis rigu­roso, que llegue a una conclusión categórica de su false­dad e inviabili­dad. Y no es esto lo que hace a menudo Nietz­sche.
Según Fink, en Nietzsche «la psicología usurpa el lugar de la metafísi­ca». Es como si dijéramos que convierte los problemas metafísicos en proble­mas psicológicos y al hacerlo, los da un tratamiento psicológico, personal. Y como el planteamiento es serio, riguroso, examinaremos cómo lo saca adelante.
§ 8 Crítica del planteamiento socrático
Desde un punto de vista histórico, suele situarse el punto de parti­da de la metafísica tradicional en Platón o más exactamente en Sócrates, su maestro; por eso Nietzsche «antes de atacar la ontología platónica ataca en Sócrates la existencia platónica; esta se le aparece como decadencia de los instintos de Grecia». Los caracteres psicológicos de Sócrates estaban ya in­sinuados en su primera etapa, pero ahora, El crepúsculo de los ídolos nos muestra una opinión descarnada. ¿Que es lo que ve Nietzsche en Sócrates?. Ve que la «racionalidad», esa facultad que nosotros tenemos como específica del hombre, aquello por lo cual somos no meramente hombres sino «seres humanos», suplanta a la «seguridad de los instintos»;por tanto, la razón es sospechosa, porque, en el pensar de Nietzsche, aparece como un signo, como un síntoma de decadencia. Así, pues, la Equiparación socrática:«Razón» = «Virtud» = «Felicidad», es de «lo más extravagante que existe y tiene en su contra todos los instin­tos de los antiguos helenos» (sic.)
§ 9 Crítica del planteamiento platónico
Tras el ataque y descalificación de Sócrates vendrá el ataque a Platón. Nietzsche estudió la obra de Platón con seriedad y ri­gor y por ello observa­mos en él, una no pequeña influencia que él mismo se ha encargado de señalar, al decir de su propio pensamiento que es «un plato­nismo al revés»; y como los extremos se tocan, dar la vuelta el pensamiento de Platón significa encontrarse, por antítesis, dentro de su esfera de influencia.
Si pudiéramos reducir a un sólo término el sentido de la crítica que hace a Platón diríamos que le acusa de «egiptismo», entendiendo por este tér­mino la marcada tendencia de su filosofía a la inamovilidad, al estatismo, que existe de un modo permanente en al Mundo de las Ideas y que, en el sentir de Nietzsche, no es sino la consecuencia necesaria de la admira­ción y conoci­miento que tenía Platón de dicho país. Naturalmente el acusarle de egiptismo supone la descalificación de su filosofía por fijarse en algo de fuera, en algo extrínseco a la propia sustancia cultural helena, desaten­diendo con ello, los instintos de los antiguos griegos. Y descalifi­cado el todo se recusa también cada una de sus partes.
Nietzsche verá en Platón, el causante de un hecho, leve en la apariencia, pero de consecuencias enormes para la historia del pensamiento. Hay que decir que casi todo el mundo ha visto en ello un hecho positivo como lo atestigua la his­toria misma de la metafísica que, con diversos avatares, es la historia de Occidente. Nietzsche ve en ello un error fun­damental que ha per­durado a lo largo de los siglos.
¿En que consistió ese error, ese leve cambio con reper­cu­siones tan trascendenta­les? Al cambiar el ser por las ideas, producto de la mente inter­na, no de la percepción, se producirá un alejamiento del ser, con su consiguiente olvido, olvido del ser que es la cuestión funda­mental; y, como conse­cuencia, la introducción del pensamiento por un camino errado.
La metafísica de Platón es idealista porque la verdad y el ser están en las ideas, no en las cosas. Al trans­formar el «ser» en «idea» se produce una interiorización y aleja­miento del ser porque las ideas tienen su asiento en la mente, dentro de nosotros, lo que hace que el «ser» sea un producto mental, no de la realidad (physis); También se produce una interiorización ­de la verdad por­que esta ya no tendrá por referencia esencial al ser; ya no será verdad del ser, sino de las ideas.
§ 10 Retorno a Heráclito y la crítica de los conceptos metafísicos.
No se crea que por criticar el idealismo platónico, Nietzsche retor­nará a la noción presocrática de ser, una noción no demasiado sencilla dado lo fragmentario de lo testimonios. Basado en una personal lectura señalará: «Heráclito tendrá eterna­mente razón en su aserto de que el ser es una ficción vacía. El único mundo es el aparente, a él se agrega el mundo verdadero apelando a una mentira». En esto puede resumirse el núcleo su crítica a la metafísica:
Sólo existe este mundo que se nos ofrece a los sentidos, mundo sensible, real, material, efectivo, mundo antitético respecto del verdadero mundo de que hablaba Platón (antitético del Mundo Ideal).
La filosofía, el pensamiento, al crear ese otro mundo Ideal en oposición y antítesis de este mundo aparente, se ha equivocado gravemente y sus conse­cuencias tal vez estemos pagándolas ahora.
Para Nietzsche no es el mundo biológico de la sensibilidad el ilusorio, si­no el mundo metafísico de la sustancia, la permanencia, la causa y el ser los que en verdad se equivocan, incurren en ilusiones y falsedades.
No son nuestros sentidos los que mienten o nos engañan, sino la ra­zón (el espíritu socrático y platónico), quién introduce todos esos factores que deforman y falsifican, lo que nos trasmiten los sentidos. La razón, pues, falsea la realidad.
El ser no existe (por sí mismo). Es tan sólo lo que interpretan los hombres. Como Ser es solo «Ser interpretado», no hay realidad alguna fuera, al mar­gen, de nuestras interpretaciones de la realidad. En consecuencia: el conocimiento dependerá del sujeto cognoscente, será un conocimiento relativo, pues no hay dos sujetos iguales.
Como toda concepción del ser lleva aparejada una concepción de la ver­dad, pues preguntarse por el ser es preguntarse por su verdad, si no existe un ser separado y al margen de nuestras percepciones, no habrá una verdad acerca del ser y de la realidad, será tan sólo una verdad creída y sentida: Verdad será entonces el modo en que percibo el mundo y las cosas que en él encuentro. Esto supone un relativismo radical: lo que es verdad para mí puede no serlo para ti; incluso puede que lo que es verdad para mí para ti sea una pura mentira.
Si no hay un ser permanente no puede haber verdades eternas, universa­les y necesarias; o puede no haber ninguna verdad.
§ 11 El nihilismo
La consecuencia no deja de ser patente: el nihilismo. Un nihilismo que se esforzará por superar, pero no lo conseguirá. Un nihilismo que se extien­de implacable a
todos los ámbitos: Al metafísico, al religioso y al moral.

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