viernes, 7 de agosto de 2009

EL PENSAMIENTO DE KANT

introducción
El programa de filosofía de este 2º Curso de Bachillerato claramente se ha decantado por la ética. Los temas anteriores, de Platón y de Santo Tomás, así como los textos recomendados tienen un marcado carácter moral, se trata de textos inequívocamente éticos. También hemos visto que para estudiarlos era preciso conocer la doctrina de sus respectivos autores, de Platón y de Santo Tomás. En este tema de Kant, así como en el siguiente de Nietzsche, se insiste en el problema moral. En el caso de Kant, porque el texto propuesto es una obra moral: la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, en el de Nietzsche porque el texto es bien explícito: Sobre verdad y mentira en sentido extra moral.

§ 1 El marco histórico . La Ilustración.
El pensamiento de Kant (1724¾1804) se inscribe de lleno en el siglo XVIII, el siglo de las Luces (Lumières, Aufklärung), la edad de la razón, porque las luces se refiere a la facultad racional del hombre. Es un siglo que se mueve entre dos revoluciones, la Revolución inglesa (siglo XVII) y la Revolución Francesa (de 1789), que es la culminación de un siglo de continuo fermento de ideas. Y que supone el final de la monarquía, al menos con el carácter absolutista que había alcanzado, al menos en Francia (el antiguo régimen). La Ilustración surgió en Francia, y donde adquirió una mayor relieve. Y se irradió por toda Europa, primero a Inglaterra y Alemania, luego a Italia, España y a los demás países europeos, incluso al continente Americano.
Las ideas dominantes en este periodo son: La idea de razón, de naturaleza, de hombre y la idea de progreso como ideas dominantes.
La idea de razón y naturaleza, van juntas, o íntimamente asociada, porque de la razón de que hablan los ilustrados no es una razón, pura, matemática o geométrica, sino de una razón cargada de experiencia, que se había mostrado fecunda en las ciencias experimentales, y en el empirismo británico. Por eso se habla de que la razón es natural y que la naturaleza es racional. Es una época de optimismo, de confianza en la razón y en las posibilidades del hombre, como ser dotado de razón tiene una facultad extraordinariamente rica para enfrentarse con posibilidades de éxito a los problemas planteados por la sociedad y el mundo. La tercera idea, la idea de hombre, entendido como ser racional, e incorporado a la naturaleza, hace que este confiado en sus propias facultades naturales, la sana razón, desprecie la idea de trascendencia, por no dejarse percibir, de ahí, el anticlericalismo, y la identificación de toda religión con la superstición. Y, finalmente, una última idea surgió en este periodo, de la confianza en la razón natural y en la naturaleza racional del hombre: la idea de un progreso indefinido, que encierra una íntima contradicción, pues si es indefinido significa que no acabará nunca y sin embargo, todo el mundo se empeña en señalar un final al progreso, a la historia. Progreso, en este contexto significa desarrollo, perfeccionamiento.
En este marco histórico que acabamos de pergeñar discurrió la vida y el pensamiento de I. Kant

§ 2 EL MARCO CULTURAL
Como aportación en el marco cultural esta la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios. Surgida bajo la dirección de Diderot y D´ Alambert, que supuso una gran innovación en el plano cultural a la par que un renovación del pensamiento. Pues tenía como objetivos la difusión de la cultura y de los conocimientos alcanzados mediante la ciencias experimentales, crear una opinión crítica y llevar a cabo una labor educadora procurando eliminar de la gente los prejuicios y las creencias tradicionales.

§ 3 EL MARCO FILOSÓFICO
El periodo Ilustrado supone un cruce de tendencias e ideas. Pervive el pensamiento del escolasticismo, pero ahora, a partir de modernidad se desarrollan en Europa un pensamiento y una ciencia originales, alcanzando desarrollos originales que fueron desconocidos por los griegos. Tal ocurre con la ciencia experimenta, y con el extraordinario desarrollo que trae consigo, de la técnica unida a la ciencia, y que es un producto exclusivo de occidente. Junto a la ciencia moderna, surgen dos sistemas de pensamiento antagónicos, el uno. El racionalismo fundado en la razón matemática, y el otro, el empirismo, fundado en una razón experimental.

§ 4 LA CIENCIA MODERNA
Es la gran aportación de la época moderna, (siglo XVII); es verdad que hunde sus raíces en la época anterior (final de la Edad Media o Renacimiento tardío), Copérnico (1473-1543), en efecto, era un hombre renacentista completo. Esta aportación puede concretarse en los progresos de la astronomía y en los hallazgos de la nueva física, en ambos casos, gracias al método experimental, veremos cómo opera este método, primero en la astronomía, después en la nueva física. Y no fue obra de un solo hombre sino la labor de un conjunto.
a.—En Astronomía. Se pasa de un sistema geocentrista a un sistema heliocéntrico. Copérnico abre el camino con la hipótesis según la cual el sol está en el centro del sistema mientras que los planetas giran a su alrededor. Esta hipótesis resultará corregida y verificada a Kepler (1571-1630) quien formuló tres leyes aún vigentes: 1ª) Los planetas en su recorrido alrededor del Sol describen una elipse con el Sol en uno de sus focos; 2ª) En su recorrido alrededor del Solo los Planetas barren en tiempos iguales, áreas iguales; 3ª) Los cuadrados de los tiempos en el recorrido de los planetas se relacionan entre sí como los cubos de sus distancias medias respecto del Sol. Por la misma época, su contemporáneo Galileo (1564- 1642) confirmó experimentalmente lo que Kepler había enunciado de una manera teórica, gracias a la invención del telescopio, con el cual realizó más descubrimientos que en toda la historia de la astronomía desde el inicio hasta su época, como puede leerse en su obre Sidereus nuntius (El mensajero sideral, 1610).
b.—En Física. Fue obra de Galileo, pero también de Newton. Galileo fue uno de los que abrieron camino dando leyes de isocronismo, o del péndulo, de la caída de los graves, de la inercia aunque la formulación más universal es de Newton, hizo experimentos sobre la velocidad de la luz, y el sonido, . etc
c.—El método experimental y sus momentos principales. Es sin duda el hallazgo mas resonante y el que una mayor repercusión tendrá. Aquí también deberíamos señalar toda una generación de investigadores y científicos, ya que en mayor o menor medida todos participaron, pero lo singularizamos en Galileo y Newton. Como se sabe método significa camino, camino transitable, curiosamente la razón funciona metódicamente. El método de Galileo consiste en descubrir en los fenómenos observados una necesidad intrínseca, esencia, por su vinculación a la causa que los produce. Galileo lo llamó método geométrico para diferenciarlo del método tradicional utilizado por los lógicos escolásticos y tiene tres momentos: la observación cuidadosa y la demostración necesaria, y, entre ambos la hipótesis técnica. Newton logra el desarrollo pleno y maduro de este método cuyos momentos son: observación, hipótesis y verificación.

§ 5 EL RACIONALISMO
El racionalismo es una corriente de pensamiento o un sistema de ideas que discurre en el continente europeo (incluso en Inglaterra) a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Su centro de irradiación es Francia. Se inicia con el Discurso del método, de Descartes, y acaba con la crítica de Kant. (1781).
El término Racionalismo, (de la palabra latina ratio, ración y razón), significa conocimiento por la razón, un conocimiento que es universal, necesario y que no admite excepciones. Para el racionalis­ta, la razón (matemática) será la única y casi exclusiva fuente de conocimiento. Esto supone un cierto apriorismo y un cierto desprecio de la experiencia.
Los periodos que abarca el racionalismo continental son el Renacimiento, el Manierismo, el Barroco, el Neoclasicismo y la Ilustración. Con el (con el racionalismo, y, en particular, con Descartes) se inicia la Época Moderna (siglo XVII), el llamado siglo del genio, y su fundador fue Descartes.
En España viene a coincidir con el Siglo de Oro en su fase tardía. Contemporáneos de los principales racionalistas son Quevedo, Calderón, Gracián, Tirso de Molina. Algunos de los cuales dejaron sentir una influencia benéfica en el resto del Continente.

C Evolución del racionalismo. Los grandes y pequeños cartesianos.
Sus herederos han recibido el nombre de Grandes cartesianos a los que fueron poco fieles al pensamiento de Descartes. Entre otros, Malebranche, La investigación de la verdad (1674), Pascal Los pensamientos (1670), (franceses), Espinoza (holandés) Ética more geométrico demostrata (1677); Leibniz, La monadología, (1721) Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano (publicado en 1765) Wolff, Baungarten y Meier (alemanes). Además de estos Grandes Cartesianos, Descartes tuvo numerosos seguidores, sobre todo, franceses, entre los médicos, en su mayoría, que seguían con perruna fidelidad a su maestro llamados genéricamente pequeños cartesianos, en el sentido de romos, con ausencia de miras y de grandeza.

§ 6 EL EMPIRISMO INGLÉS
El empirismo es un sistema de pensamiento, una corriente de ideas que funda en la experiencia sensible la fuente única o casi exclusiva de conocimiento. Aunque el término experiencia ya fue conocido en el pensamiento griego (era fundamental en el pensamiento de Aristóteles), parece haberse connaturalizado con las Islas Británicas, donde desde tiempo inmemorial ha habido algún pensador empirista. Así ocurre en el Siglo XIII con Rogerio Bacon, en el siglo XIV con Guillermo de Ockham, el siglo XV y XVI con Francis Bacon. Los siglos XVII y XVIII, los ocupa el llamado empirismo clásico, que es al que nos referiremos de una manera dominante. Más no acaba el empirismo en el siglo XVIII, a lo largo del XIX, se prolonga bajo la forma de positivismo y sobre todo, de utilitarismo, con J. Benthan y J. Stuart Mill; y en el siglo XX, con el pragmatismo Norteamerica­no J. Dewey Y W. James, e inglés F. C. J. Schiller. Y, sobre todo, está emparentado con las corrientes actuales de pensamiento: neoempirismo, neopositivismo, y con la filosofía analítica inglesa.
El empirismo Clásico. Es el empirismo mejor conocido y más estudiado. Abarca los siglos XVII y XVIII, y corre paralelo y es antagónico del racionalismo dogmático. El autor más influyente en esta corriente de pensamiento será, sin duda, Newton. Pero los representantes más destacados son: Hobbes, autor del Leviatán, y que presentó unas objeciones a las meditaciones metafísicas de Descartes que fueron respondidas por El figurando en las ediciones que contienen las objeciones y las respuestas a las objeciones. John Locke (1632-1704) Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776) Tratado sobre la naturaleza humana (1739) Investigación sobre los principios del entendimiento humano (1748) Investigación sobre los principios de la moral (1751).
EL PENSAMIENTO DE KANT (1724- 1804)

I. KANT: LA VIDA
La vida de Kant discurre entre 1724, fecha de su nacimiento en Könisberg, capital de la Prusia Oriental, que, por aquel entonces, debía tener unos cincuenta mil habitantes. Y 1804 fecha de su muerte en la misma ciudad. Es un hombre del siglo XVIII. El siglo de las luces o siglo de la Ilustración.
Hijo de un talabartero estudió en el Colegio Real de Federico (Colegium Fridericanum) gracias a una beca, y luego, en la Universidad de Könisberg (entre 1740 y 1746). A partir de entonces y como no encontró trabajo y tampoco ingresos de ninguna clase, aceptó el empleo de *preceptor» en la familia del conde de Keyserling, que vivía en los alrededores; también obtenía algún ingreso esporádico dando conferencias, sobre todo a militares, sobre el arte de la fortificación. Esta situación se prolongó hasta 1760. A partir de 1755 obtiene el doctorado y la habilitación. Obtiene el privatdozent, sin sueldo fijo, situación que durará quince años, hasta 1770. A partir de esta fecha y tras rechazar algunas ofertas de diversas universidades, accede al puesto de profesor ordinario con una Disertación. Iniciándose la etapa crítica que será decisiva. En este tiempo se mantiene gracias al empleo de subbibliotecario del castillo. Se presenta a la plaza de metafísica y lógica en 1756, pero no consigue la plaza. Tampoco lo logrará en 1758. En 1770 es nombrado para la cátedra de matemáticas, pero lo cambia en seguida por la de lógica y metafísica. Para esta ocasión pronunció una disertación en latín: De mundi sensibilis atque inteligibilis forma et principiis. Dissertatio, que contiene la los gérmenes de su filosofía trascendental. Ya no publicará nada hasta 1781 en que aparece la Crítica de la Razón Pura. A partir de este momento publicará una serie de libros como la Fundamentación de la metafísica de las costumbres en 1785. En 1786 es nombrado Rector de la Universidad y miembro de la Academia de Ciencias de Berlín, institución fundada por Leibniz. En 1788, rector por segunda vez. Y en 1794 en nombrado miembro de la Academia de Ciencias de San Petersburgo. Se produce un conflicto con la censura prusiana. En julio de 1796 pronuncia la última lección. En 1803 la primera enfermedad grave; y el 12 de febrero de 1804 muere, siendo enterrado el día 28 del mismo mes.

II. KANT: LA OBRA
Tres periodos pueden destacarse en la obra de Kant, de 20 años de duración aproximadamente, el periodo precrítico, hasta 1770, el periodo crítico, hasta 1790, y el periodo final, hasta poco antes de su muerte, entre ellas destacamos:
- Sobre lo bello y lo sublime (1764) Austral, Madrid
- Sueños de un visionario (1766) Alianza. Madrid
- Crítica de la razón pura (17811 y 17872) Alfaguara. Madrid 1978
- Prolegómenos (1783) Aguilar. B. Aires 1961
- Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785) Espasa Madrid. Tambien en Alianza 2002 Madrid
- Crítica de la razón práctica (1788) Espasa. Madrid.
- Crítica del juicio (1790) Espasa. Madrid 1977
- La religión dentro de los límites de la mera razón (1793) alianza. Madrid
- La paz perpetua (1796) Técnos. También en Espasa Calpe
- Metafísica de las costumbres (1797) Técnos. Madrid.
-Antropología desde un punto de vista pragmático.(1798) Alianza
La Crítica de la razón pura. (17811, 17872)
La obra fundamental del periodo crítico es la Crítica de la Razón Pura en el aspecto teórico, condensa en su seno la llamada filosofía trascendental o crítica, ofrece una estructura sistemática de toda la filosofía. El texto a comentar es el Prólogo a la 2ª ed. De 1787. Es un texto sumamente interesante porque ofrece una visión de conjunto de su pensamiento. Fue escrito después de ­haber preparado la nueva edición (de 1787) y teniendo en cuenta la totalidad de la obra. Tras plantear el problema de la metafísica entendida como una ciencia, (B VII) que parece estancada, y solo es capaz de avanzar a tientas, repara en los modelos de lo que en su tiempo se tiene como modelo de ciencia: la lógica (B VIII), la matemática (B X) y la física (B XII). ¿Por qué la metafísica no ha alcanzado el camino seguro de la ciencia?, se pregunta. La metafísica puede hacer el mismo ensayo que efectuara Copérnico (B XVI) suponer que era la Tierra la que giraba alrededor del Sol. Por el nuevo método así logrado solo conocemos a priori de las cosas lo que nosotros ponemos en ellas (B XVIII). La primera parte, la relativa a la analítica ofrece un ejemplo del camino seguro seguido por la metafísica al ocuparse de conceptos cuyos objetos pueden darse en una experiencia adecuada. Ahora bien, además de pensar, razonamos, avanzamos hacia lo incondicionado, hacia lo suprasensible, aquí la crítica, tiene un utilidad negativa porque nos advierte que jamás debemos traspasar los límites de la experiencia (B XXIV). Esta utilidad es positiva cuando nos señala lo que debemos evitar, pues sobrepasar estos límites no supone una ampliación de la razón. El concepto de razón es restrictivo, y tiene además del uso teórico un uso práctico (moral) que se vería en peligro si extendiéramos indiscriminadamente a todo el empleo de la razón (B XXV).
¾La Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785).
Es una obra que pertenece de lleno a la época crítica. Además, en este mismo periodo escribió la Crítica de la razón práctica (1788), que viene tratar idéntico planteamiento que efectuara en la Crítica de la razón pura, pero ahora referido a los práctico, donde la facultad, no es el entendimiento, sino la voluntad; y la Metafísica de las costumbres (1797), donde se encuentra todo el sistema de la moralidad a la par que se incluyen los principios del derecho, que en algunas ediciones suelen presentarse como separados. De lo anterior observamos en Kant crítico una preocupación por la moral que ocupó buen parte de sus meditaciones.
Ya centrándonos un poco más en la obra de Kant, diremos que su planteamiento es uno de los más originales y rigurosos. Este planteamiento pretende llevar al plano práctico de nuestras acciones las características de la razón teórica, esto es, que tenga el plano práctico del obrar una validez general y objetiva, señalando que el origen, el fundamento de la moral radica en su propia autonomía, en la auto posesión de la voluntad. De modo que las dos ideas a tener en cuenta son: el imperativo categórico y la autonomía de la voluntad. Aquí autonomía debe entenderse como libertad, como que la voluntad es libre.
¾Estructura. Tiene un prólogo y tres partes
El prólogo es un acercamiento a la filosofía de Kant, distingue entre leyes de la naturaleza y leyes de la libertad; filosofía empírica y filosofía pura, y esta última en dos ciencias ; la lógica y la metafísica, de la naturaleza y de las costumbres (la ética). Después se centra en la filosofía moral, señalando la urgencia de elaborar una filosofía moral pura, es decir, siguiendo los principios hallados en la crítica de la razón pura. Que se centrará en la búsqueda de una ley moral, que será el imperativo categórico, como veremos.
Cap. I titulado: «Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón a conocimiento filosófico». No es de fácil lectura, Se comienza casi sin transición con el postulado de la «buena voluntad»
Cap. II Titulado: «Tránsito de la filosofía moral popular a la metafísica de las costumbres». Se da el paso a la ética. Corresponde a la parte central de su doctrina moral, es la más extensa y original, por lo que no se ofrece completa, sino tan solo fragmentos. Se distingue entre imperativos hipotéticos, que corresponden a los juicios analíticos de la razón teórica y son máximas de la moralidad; y el imperativo categórico, que corresponde a un juicio sintético a priori y que constituye la ley de la moralidad, universal y necesaria que estaba buscando. Del imperativo categórico da varias fórmulas
Cap. III «Último paso de la metafísica de las costumbres a la crítica de la razón pura práctica» se refiere a la libertad elemento clave para explicar la autonomía de la voluntad. No solo hay libertad de pensamiento, también de acción, porque la voluntad es libre
Valoración y críticas. La obra de Kant ha sido una de las más estudiadas. La valoración es sencilla, al dotar a la moral de una validez objetiva y universal se encuentra dentro de esa corriente que se opone al relativismo y al escepticismo, y se inserta dentro de esa corriente filosófica y moral que se remonta a Sócrates (el primer moralista), a Platón, primer sistematizador de la reflexión ,oral, y a Aristóteles, el primero que nos ofrece un tratado completo de moral, pero también se inserta dentro de pensamiento de Santo Tomás cuya ley natural ofrece unas características muy parecidas a las del imperativo categórico.
Aun reconociendo su mérito, la figura indiscutible, el talento y la personalidad de Kant, es un pensador que no puede gustar demasiado a relativistas, dogmáticos y escépticos. Por ello, junto con admiradores, que siempre los ha tenido y sigue teniéndolos, hay habido intentos si no de eliminar su doctrina sí de neutralizarla, estudiándola de manera fragmentaria, y estableciendo simplificaciones que luego dan lugar a malentendidos que se repiten sin cesar pero que no tienen que ver demasiado con su doctrina. Por ejemplo la acusación de rigorismo. El rigorismo Kantiano, por parte de idealistas y de utilitaristas, y se acaba por el formalismo, del que hablara Max Scheler.
De todo ello lo que el pensamiento de Kant está pidiendo es que uno se aproxime a él con espíritu abierto, sin los prejuicios que suelen ser habituales, para que sea él mismo quien nos informe.
LA DOCTRINA. EL PENSAMIENTO

A.‑ KANT PRECRÍTICO.
Es una etapa obscurecida por la originalidad y fecundidad de la etapa crítica. Son los años de formación y madurez. Acaba en 1770, contaba 57 años. La plenitud llegará en los umbrales de la vejez. Mientras tanto durante los largos años de su formación Kant fue un buen racionalista. Había recibido y asimilado la herencia de Leibniz a través De Wolff y Baungarten, maestros suyos, cuyos libros ―sobre todo de Baungarten―, enseñó durante casi toda su vida académica. Pero el racionalismo que practicaba Kant en este su periodo inicial, si bien en alguna ocasión incidiera en el dogmatismo, estaba traspasado por la preocupación intelectual puesta al servicio de la verdad, y por ello, era bastante abierto y flexible: otras lecturas, distintas de las de los pensadores racionalistas y el propio ambiente de la Ilustración favorable a la crítica, y nuevas meditacio­nes sobre los más variados objetos y problemas le llevaron, al cabo, a esa su formulación crítica más acabada, que hacen de su pensamiento un punto de referencia insoslayable.
En medio de la complejidad del universo intelectual kantiano destaca­remos las siguientes corrientes que a modo de afluentes se irán juntando en ese río caudal que es la Crítica de la Razón Pura. Entre ellas destacamos como fundamentales:
1.¾ El Racionalismo dogmático: Descartes, Espinosa, Leibniz.
2.¾ El Empirismo inglés: Locke, Berkeley, Hume.
3.¾ La Ciencia Fisicomatemática Copérnico, Kepler, Galileo, Newton.
4.¾ El Ideal humano de la Ilustración: Rousseau, sobre todo.

B.‑ KANT CRITICO. EL USO TEÓRICO DE LA RAZÓN
El periodo crítico se inicia en 1770 con la lectura de la Dissertatio, a este periodo, que durará hasta 1790, corresponden las tres grandes críticas: La Crítica de la Razón Pura (1ª ed.1781;2ª ed. 1787), la Crítica de la razón práctica (1788) y la Crítica del Juicio (1790)
§1 EL USO TEÓRICO.
Se centrará en la Crítica de la Razón Pura. ¿Qué significa crítica de la razón pura? ¿Qué quiere decir el título? ¿Qué quiere significarse con razón y pura? Podemos entender los términos por separado, pero nos resul­ta difícil comprenderlos enlazados en el título y, sin embargo, el título en alguna medida refleja el contenido.
El término crítica (del gr. krínein) significa juzgar. En nuestro idioma ha pasado este termino en una acepción más bien negativa: examinar el lado débil de una cosa o someter una cosa a una prueba negativa y lo aplicamos a numerosos ámbitos. Podemos considerar la crítica también como el juicio de valor del espíritu humano.
En Kant la crítica conserva esta acepción negativa. Para él toda crítica es negativa, pero si se lleva a cabo bien, es positiva, pues señala lo que deberemos evitar. Y lo que someterá a crítica es la facultad de la razón pues con los pensadores racionalistas esta razón excediéndose en sus atribuciones llegaba a efectuar afirmaciones que no podía verificar o comprobar (dogmatismo). Por otro lado, el empirismo inglés, desconfiando de esta razón e introduciéndose por un camino antagónico, llegará a unos resultados entera­mente opuestos, muy alejados del dogmatismo: el relativismo, cuando no,como ocurrirá con Hume) a un escepticismo fenomenista. ¿Cómo salvar esta contradicción, esta antítesis de planteamientos y soluciones distintas y opuestas a problemas idénticos, problemas, como el del conocimiento y de la verdad que, en principio deberían tener un mismo planteamiento e idéntica solución?

§ 2 LA FILOSOFÍA CRÍTICA.
La filosofía crítica es el instrumento de que se servirá Kant para llevar a cabo esa tarea depuradora y analítica en virtud de la cual la fa­cultad racional «deberá emprender la más difícil de todas sus tareas, a saber, la del autoconocimiento? (A XI), como lo exige el juicio maduro de la época; lo que le llevará a poner límites a la razón humana, dando en cierto modo la razón al empirismo en su polémica con el racionalismo. Pero la solución será original y supondrá el descubrimiento, en el sujeto humano, de ciertas estruc­turas a priori fundamentales.
La necesidad de la crítica se justifica, entre otras razones, porque Kant es un hombre ilustrado. La Ilustración es la Edad de la Razón. Y en esta época todo debe someterse al juicio severo, riguroso, de la crítica. El espíritu humano ya «no se contenta con un saber aparente». En este someter todo al juicio de la crítica radica una de las grandezas de este periodo ilustrado pero al destacar sus propias limitaciones también se pondrán de manifiesto sus propias insuficiencias.
La Crítica de la Razón Pura será, pues, una especie de tribunal «que garan­tice las legítimas aspiraciones de la razón», dilucidando el problema planteado por la filosofía crítica. El modelo lo tomará de la ciencia fisicomatemática. De aquella labor que realizaran en su terreno Galileo y Newton. El ensayo, la hipótesis, consistirá en someter a crítica no los conocimientos dados, ni los libros de metafísica o lógica, sino la facultad misma de cono­cer, la razón.
§ 3 EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
El conocimiento para Kant es una síntesis de dos elementos. Un elemento material, aportado por la sensibilidad y un elemento formal puesto por el entendimiento o la razón. Según domine en la síntesis uno de estos dos elementos: la sensibilidad o el entendimiento tendremos un conocimiento sensible, o intelectual, en virtud cada una de las dos únicas fuentes de conoci­miento que poseemos.
¾ El conocimiento sensible es sintético, (consta de un elemento material + un elemento formal) pero se resuelve en el ámbito de la sensibilidad, de manera a posteriori, pues para su comprobación es preciso el recurso a la experiencia: El vermut es amargo, la casa está en la ladera, los bosques son verdes, esta noche lloverá, etc.
¾ El conocimiento intelectual es fundamentalmente sintético. Kant admite un conocimiento analítico, pero es tautológico ya que se logra descom­poniendo la idea de sujeto, mas los dos elementos que lo integran son formales, no es, pues, preciso recurrir a la experiencia: se resuelven de un modo a priori: A=A, yo soy yo, etc. Este conocimiento se funda en el principio de identidad y de contradicción.
Pero el tipo de conocimiento intelectual fundamental es el sintético lo que le diferencia del conocimiento analítico; y a priori a diferencia del conocimiento sensible. Estamos en presencia de un conocimiento que es independiente de la experiencia, que se origina en el nuestra facultad lógica, intelectual. Se trata de un conocimiento más complejo, pues Kant admite dos facultades lógicas: el entendimiento (facultad de juzgar) y la razón (facultad de discurrir), por lo que se darán dos conoci­mientos: uno del entendi­mien­to y otro de la razón, según apliquemos una u otra facultad.
a.] El conocimiento del entendimiento, en tanto acrecienta nuestro saber es sintético (una forma a priori + una materia). El elemento formal lo pone el propio entendimiento, y es un concepto puro o categoría, vacío y abstracto, que deberá resolverse, en último término, en el ámbito de la sensibilidad, que es donde se puede verificar lo que por el entendimiento hemos pensado (juzgado); como entender es algo así como juzgar, éste conocimiento se fundamente en el juicio y en la verdad que aporta.
b.] El conocimiento de la razón es un conocimiento discursivo pues se funda en el razonamiento que, a su vez, es un entramando de juicios, por lo que la razón supone o presupone el entendimiento. Y como razonar es ir hacia lo incondicionado aquí tienen lugar toda una gama de dificultades que veremos más adelante. La materia ahora serán los juicios y la forma el razonamiento mismo que puede ser de tres clases: categórico, hipotético y disyuntivo.(v. §14 ss)

§ 4 LAS FACULTADES DE CONOCIMIENTO.
Tres son las facultades de conocimiento: La sensibilidad, el entendi­miento y la razón. La sensibilidad aporta la materia de conocimiento, el entendimiento y la razón que son facultades lógicas, aportan la forma: el juicio y el razonamiento. (También Kant admite la imaginación que es la fa­cultad de la síntesis, en virtud de la cual podemos unir, reunir, una materia dada por la intuición y que tiene lugar en el ámbito de la sensibili­dad, con una forma pura a priori o categoría que, en cuanto formal, esvacía. Su estu­dio corresponde a la deducción trascendental).
a.¾ LA SENSIBILIDAD. ( Schienlichkeit)
§ 5 La sensibilidad es un facultad receptiva, pasiva. Por ella los objetos nos son dados como fenómenos, en el espacio y en el tiempo. Espacio y tiempo son, pues, condiciones de posibilidad de todo fenómeno en general: son formas a priori de la sensibilidad humana. Como hemos señalado la sensibilidad nos proporciona la materia del conocimiento: la intuición.
§ 6 La intuición. Es una representación singular (raepressentatio singularis) una forma de conocimiento inmediato, sensible, de un objeto ; «Intuiciones sin concepto son ciegas»
b.¾ EL ENTENDIMIENTO ( Verstandt).
§ 7 El entendimiento. Es la razón pura en cuanto razón que emite juicios (judicativa). Por el entendimiento los objetos son pensados. El entendimiento aporta la forma del conocimiento: a saber: los conceptos puros a priori o categorías. Estas formas son vacías, por ello, necesitan de un contenido o materia que se halla en el ámbito de la sensibilidad o intuición.
§ 8 Concepto. Es toda representación general y abstracta. Como Kant admite dos facultades intelectuales, lógicas: el entendimiento y la razón, admitirá dos tipos de concepto. El concepto del entendimiento, o categoría, que es una representación general y abstracta (raepressentatio per notas communes); y el concepto de la razón o idea, que es una representación reflexiva (una raepressentatio discursiva). En este momento reparamos en el concepto del entendimiento o categoría que se corresponde con el objeto de la experiencia, y su fuente, su origen está en el entendimiento. De ahí la fuerte vinculación entre intuición y concepto: intuiciones sin concepto son ciegas, conceptos sin intuiciones son vacíos.
El estudio del entendimiento corresponde a la Analítica Trascendental, que se divide en Analítica de los Conceptos y Analítica de los principios.
La primera, la Analítica de los conceptos, trata de los conceptos puros o categorías, de su referen­cia a un Yo pensante, que se encuentra situado en el centro de la conciencia. Ese centro de la conciencia, el Yo pienso, es llamado Unidad Trascendental y es el punto de referencia obligado y centro de irradiación de todos los conoci­mientos. Pero este Yo Trascendental no es un sujeto abstracto como para Descartes sino el Sujeto humano de conocimiento, por tanto, un hombre, un ser humano, con lo cual se consuma la reducción antropológica del conoci­miento iniciada con Descartes.
La segunda, la Analítica de los principios, trata de los juicios y principios que se forman a partir de los conceptos pues ambos, conceptos y juicios son operaciones lógicas. Estos principios podrán ser extraídos a priori, al igual que los conceptos puros o categorías, pues a fin de cuentas un juicio es una relación o combinación de dos conceptos, pero su ámbito de aplicación es la experiencia, que pertenece al ámbito de la intuición sensible. Por ello es preciso que nos detengamos en los juicios. Finalmente, la última parte de esta Analítica de los princi­pios, la ocupa El sistema de los principios a priori que, estruc­turado de acuerdo con las categorías, está formado por los Axiomas de la intuición, las Antici­paciones de la percepción, las Analogías de la experiencia y los Postulados del pensamiento empírico en general.

§ 9 El juicio. Puede entenderse de dos maneras: como «una relación entre dos conceptos afirmando o negando»; o como una «síntesis de representaciones en una conciencia». La materia del juicio está constituida por los conocimientos dados y unidos en la unidad de la conciencia (el Yo); la forma es el aspecto determinado que presentan las diferentes representaciones (concretas o abstractas) y el modo y manera en que pertenecen o se enlazan con la conciencia (si de manera singular, particular, o universal, si afirmando o negando)
La verdad. El Juicio, además, es el lugar de la verdad o del error. La verdad es la conformidad del objeto con mí entendimiento (YO).Y el error es la no conformidad. Por ello la verdad o el error se da en el juicio. En los sentidos (intuiciones sensibles) no hay juicio, luego no hay verdad ni error. En un con­cepto puro del entendimiento (casa, árbol, axioma, pentalidad, mil, etc.) tampoco hay afirmación ni negación, por lo que tampoco hay verdad. Si el entendimiento, lugar donde se originan los juicios, actúa de acuerdo con sus propias leyes, el juicio que se forme será correcto y su verdad formal, pues lo ha obtenido a priori; el entendimiento tiene la facultad de extraer de sí mismo sus propias leyes. Pero su contenido (mate­ria) se encuen­tra en el ámbito de la experiencia sensible, único lugar donde pueden ser verificados, con seguridad y rigor, todos nuestros juicios intelectuales.
§10 CLASES DE JUICIOS
a] Juicios Analíticos. Proceden por descomposición, análisis, del sujeto. Su verdad es a priori y formal, no necesitando recurrir a la expe­riencia para demostrar ser verdaderos. En realidad son juicios tautológicos, (*El todo es mayor que la parte»; *si quieres tal fin toma tal medio») y se fundan en el principio de identidad y de contradicción: «Todo lo que es idéntico a sí mismo y no es contradictorio consigo mismo es verdadero».
b] Juicios Sintéticos (a posteriori). En ellos el sujeto y el predicado son distintos pero se dan unidos, enlazados (síntesis). Pueden ser verdaderos o falsos. Pero su verdad o falsedad no es formal, pues no se fundan ni en el principio de identidad, ni en el de contradicción, sino en la expe­riencia. Por ello su contrario es posible y su verdad empírica (a posteriori) «Es de día y luce el sol»; (puede no ser de día y puede no lucir el sol).
g] Juicios Sintéticos «a priori». La particularidad de estos juicios es que el sujeto y el predicado son distintos, por lo que debe haber un enlace entre ellos (síntesis), pero este enlace es a priori, por lo que son juicios formales que tienen lugar en nuestro entendimiento. Son universales, necesarios y progresivos. Gracias a ellos la ciencia puede avanzar, desarro­llarse, perfeccionarse. Aunque son formales y a priori estos juicios deberán ser verificados, comprobados para saber si son verdaderos o falsos, pero esta comprobación no se da en el ámbito del entendimiento sino en el ámbito de la sensibilidad que es el lugar de la experiencia real o posible. Finalmente es‑ tos juicios se dan en matemáticas (3+2=5; La recta es la más corta entre dos puntos); en física (principio de inercia, de gravitación; Todo lo que sucede tiene una causa, la verdad de este juicio no se funda en la evidencia, ni mediante el recurso a otros objetos. sino en un principio distinto, pero su verificación sólo es posible en la experiencia); ¿Se dan en Metafísica?. Sí, pero estos juicios contribuirán a poner límites a la facultad racional, como veremos enseguida.

§ 11 El Error. Es lo contrario a la verdad. Como hay dos fuentes de conocimiento, habrá dos fuentes de error: la sensibilidad y el entendimiento, que son los que conforman los dos polos del juicio. Si el error tiene su fundamento en la sensibilidad entonces tenemos la ilusión empírica, cuando de manera inadvertida fluye la sensibilidad sobre la imaginación y tomamos lo imaginado, esto es, lo aparente, por real y verdadero. Si se funda en el entendimiento tenemos la ilusión trascendental, cuando no se reflexiona lo suficiente sobre los conceptos o categorías, o bien cuando hacemos un uso incorrecto de los principios.

C LA RAZÓN (Vernunft)
§ 12 La Razón. Es la facultad del razonamiento, del discurso. Es la razón pura en cuanto razón discursiva. También en el seno de esta facultad se produce una síntesis, (una unión de una materia + una forma). Pero la materia ya no se encuentra en el plano de la sensibilidad (intuición), sino en el plano del entendimiento, de modo que la materia serán los juicios y principios que se fundaban en el entendimiento, y la forma será la establecida por el razonamiento, el discurso. Su estudio corresponde a la Dialéctica Trascendental que es la parte más extensa y tal vez la más importante de la Crítica y será donde se resolverán los problemas plateados al inicio de este tema por Kant.

§ 13 Las Ideas. Una idea es un concepto, pero no del entendimiento, sino de la razón (una raepressentatio discursiva). Podemos decir que la razón se rige por ideas, o mejor, que las ideas se fundan en la razón. Como representaciones reflexivas las ideas son conceptos que superan toda posibilidad de experiencia, esto es, son elementos enteramente intelectuales, discursivos, que se encuentran más allá de toda experiencia. Se trata de elementos ultraempíricos. Su función consiste en regular nuestros razonamientos. Las ideas son los principios que dan unidad a nuestros procesos discursivos y, en su virtud, se forma y vertebra todo nuestro sistema de conocimientos. Kant llama a este arte de construir sistemas Arquitectónica de la razón.

§ 14 El razonamiento. Razonar es relacionar juicios con el fin de ir hacia lo desconocido y descubrirlo ampliando con ello el horizonte científico. Gracias al razona­miento no solo comprendemos nuestro mundo real y existente, sino que podemos explo­rar nuevos ámbitos, nuevos territorios y, a la par, integrar todos nuestros conocimientos en un sistema coherente (Arquitectónica de la razón). Des­de Aristóteles se vienen admitiendo tres clases de razonamiento: El razona­miento categórico, que encierra una afirmación o negación rotunda; el razona­miento Hipotético, que encierra un supuesto, una hipótesis; y el razonamiento disyuntivo fundado en la disyunción. En virtud de estos razonamientos se es­tructura y vertebra la ciencia en su totalidad, pues el sistema de la ciencia es obra de la razón; y también de la metafísica como ciencia. Lo interesante es que cada razonamiento parece tener a la base una idea regula­dora o prin­cipio de la razón que dirige el movimiento, el discurso de la razón en su camino hacia la verdad.

§ 15 Las ideas como principios de la razón. Kant admite tres grandes Ideas: La idea de Dios, La idea de Mundo y la idea de Alma.
1º.¾ La Idea de Alma. Es Principio subjetivo y fundamento de todos los razonamientos categóricos. Siempre que se piensa algo hay un sujeto que lo piensa.
2º.¾ La Idea de Mundo. Es Principio Objetivo y el fundamento de todos nuestros razonamientos hipotéticos. Todo lo que no soy yo es Mundo.
3º.¾ La Idea de Dios es Principio Absoluto y el fundamento de todos nuestros razonamientos disyuntivos: «Entre el ser y el no ser no hay término medio, o se es absolutamente o no se es de ninguna manera». De la Idea de Dios procede la idea de unidad absoluta de las condiciones de todo lo que puede ser pensado.

§ 16 Crítica de la metafísica. Y entramos en el intento de solución del problema crítico centrado en el «uso teórico de la razón». Con los elementos que hemos ido mostrando Kant se dispone a criticar la metafísica, a efectuar un juicio valorativo de la misma. En realidad critica la metafísica racionalista tomándola por toda la metafísica, pero no es esta una cuestión que deba detenernos cuando tan cerca estamos de la solución. En efecto, el esquema de la metafísica racio­nalista había alcanzado con Wolff, discípulo de Leibniz, una extraordinaria perfección sistemática. Así la metafísica, ciencia de la totalidad, se divi­día:

A) Generalis (Ontología)
Metaphisica a.] Psicologia rationalis.
B) Specialis b.] Cosmologia rationalis.
g. ] Theologia naturalis (Teodicea)

Y es aquí, más en concreto, en esta metafísica especial de Wolff, donde la razón no el hombre, comete ciertos excesos, ciertas extralimitaciones, que la obligan a plantearse problemas que no puede resolver. Insistimos en que la extralimitación corresponde a la facultad racional, no al hombre; siendo así que este último, el hombre, tan sólo es, en el mejor de los casos, seguidor e interprete de lo que la facultad racional le comunica. Veamos brevemente estas dificultades de la razón:
1º.- Los Paralogismos (pará‑lógos). Es un cálculo o razonamiento (lógos) desviado (pará).Se trata de un razonamiento que no concluye de modo lógico. Su argumento: Si el Alma es sujeto, Principio Subjetivo, a partir de dicha idea podrán explicarse ciertos problemas que tengan por base la idea de sujeto o alma, pero pretender hacer de algo que es puro sujeto un objeto de conocimiento como ocurre con la Psicología Racional, es desviarse sustancial­mente de su propio cometido e incurrir en paralogismo. La psicología racio­nal de Wolff no es posible como ciencia. Es posible una psicología empírica.
2º.- Las Antinomias. Es una contradicción entre las leyes (nómos). Es la contradicción a que llega la razón cuando como en la Cosmología Racio­nal de Wolff se pretende determinar la naturaleza y origen del mundo, y saber, por ejemplo, si el mundo tiene un origen en el tiempo o es eterno. No lo sabemos, piensa Kant; y cuando más lo pensemos mayor será el abismo de nuestra ignorancia. Mas esta antinomia es una dificultad que la razón plantea pero no resuelve: no tenemos medio de comprobar o verificar lo uno o lo otro. La Cosmología racional, pues, tampoco es posible como ciencia. Una cosmología empírica es posible.
3º.- Los Sofismas (Sóphos, sabio). Es un razonamiento correcto en cuanto a la forma y por tanto aparentemente verdadero, pero que en cuanto a su contenido (materia) es falso. Los sofismas son relativamente frecuentes como difíciles de descubrir. Incurre en sofisma la Teología especulativa (de WOLFF en particular y de los racionalistas en general) al pretender demos­trar la existencia de Dios mediante pruebas racionales y lo que es peor, dis­currir sobre su naturaleza. Kant rechaza tanto los argumentos ontológicos como las pruebas a posteriori. Respecto de las pruebas a posteriori la prueba de la contingencia y la teleológica dice que sus argumentos son correctos en cuanto a la forma, pero como la verificación última tiene que producirse en la experiencia y esto no ocurre, (¿qué experiencia tenemos de Dios?), resulta que los argumentos ni prueban ni dejan de probar nada. De ahí su agnosticismo. La Idea de Dios escapa a nuestra comprensión cognoscitiva y las pruebas de su existencia son una muestra más de cómo la razón se plantea problemas que es incapaz de resolver.

§17 Conclusión ¿Existe la metafísica?. Transito a la doctrina moral,
Según lo visto las tres grandes Ideas --Dios, Mundo, Alma -- en tanto Ideas Trascendentes, nos son absolutamente desconocidas por estar más allá de nuestra experiencia y de nuestro conocimiento, experiencia y conocimiento en el hombre siempre limitados, pues todo lo humano es limitado y aquí lo que se juzga es el conocimiento humano. Si bien las Ideas como principios tras­cendentes nos son desconocidas, siguen siendo principios que regulan nuestros razonamientos, esto es, a partir de ellas podemos estructurar ciertos ámbitos de experiencia y de conocimiento pero ellas son, en sí mismas, desconocidas y tal vez incognoscibles. Por ese motivo Kant rechaza expresa­mente toda metafí­sica que pretende estar en posesión de un tal conocimiento de las Ideas, como ocurría con la metafísica racionalista. ¿Supone esto rechazar toda la metafísica? Hay división de opiniones y la respuesta no deja de ser un poco ambigua. Para Cassirer la respuesta será negativa, admitiendo, no obstante que la Crítica de la Razón Pura encierra una metafísica. Nosotros seguimos en este último punto a Cassirer, pero creemos, además, que en Kant se dan dos metafísicas (en realidad es una sola pero con dos vertientes o direcciones): Una Metafísica de la Naturaleza que coincidi­ría en gran medida con la física de Newton, y que no llegó a redactar siste­máticamente dado lo avanzado de su edad y la dedicación casi íntegra a la redacción de la nueva metafísica que estaba por hacer, que es la Metafísica de las Costumbres. Esta segunda metafísica nos introduce de lleno en el *Uso práctico de la razón». Aquí las Ideas de Dios, Mundo y Alma más la Idea de Libertad de acción se convertirán en hipótesis de la acción práctica diri­gida y encauzada por la voluntad. Estas Ideas son, pues, condiciones o supues­tos fundamentales, sin los cuales no tendrían sentido nuestras acciones.

KANT CRÍTICO II.
«Sólo el hombre, y con él toda criatura racional, es un fin en sí mismo»
«En el orden de los fines, el hombre (y con él todo ser racional es un fin en sí mismo»
KANT: Crítica de la Razón Práctica
La Fundamentación de la metafísica de las costumbres, (1785); y la Crítica de la razón práctica, (1788)
¿Qué debo hacer? Esta segunda parte la abrimos con la pregunta ¿qué debo hacer? Que nos introduce en la dimensión ética del pensamiento kantiano.
Introducción a la ética. No sólo pensamos, además, obramos. No sólo tenemos requerimien­tos teóricos, también tenemos exigencias prácticas. En el ámbito teórico del conocimiento intervienen casi exclusivamente las facultades lógi­cas del espíritu, en el ámbito práctico de las acciones domina casi sin discusión la voluntad ¿Qué debo hacer?.
§ 1 De la heteronomía a la autonomía morales.
A esta pregunta se ha respondido siempre desde diversas instancias. Quiere decirse: se ha buscado el fundamento del obrar , en el orden de la naturaleza, (cosmos), en la aspiración generalizada de la humanidad a la felicidad, en la voluntad de Dios, o en el sentido moral. Estas instancias son bien lógicas, físicas, metafísicas, religiosas, teológicas, en suma, siempre desde instancias heterónomas, distintas y alejadas de la propia esencia racional. El fundamento metafísico y teológico del obrar fue criticado por Hume. Según él no se puede pasar legítimamente del orden del ser (que es un orden del conocer, teórico), al orden del deber, práctico, pues son ajenos, distintos. Kant recogerá esta crítica. Para él, la acción prác­tica deberá fundarse, al igual que la razón pura, en la esencia misma de la razón (autonomía), no en instan­cia distinta alguna ajena a la racionalidad. Como autonomía equivale a libertad, y la libertad es uno de los conceptos clave de la época Moderna y de la Ilustración, uno de los ideales de la Revolución francesa, es interesante destacar que este concepto encuentra en Kant uno de sus fundamentos filosóficos más explícitos. Por todo ello, los caracteres que presentará la razón práctica, serán sustancialmente los mismos que hemos visto desplegarse en la C. R. Pura respecto de la razón teórica, la única diferencia no estará en el modelo a seguir, sino en el ámbito de aplicación. El ámbito de aplicación de la razón teórica es al ámbito de la naturaleza y para la razón práctica el ámbito de la voluntad. Lo que obtenemos mediante la razón pura son principios de conocimiento; con la razón práctica máximas o leyes de acción. Así, pues, frente a la heteronomía moral, que pretende establecer el principio racional de la moralidad, en algo distinto a la razón, como puede ser la educación (Montaigne), la convivencia social (Mandeville), la perfección interior espiritual (estoicos) o la voluntad de Dios (teólogos y moralistas); Kant afirma la autonomía de la razón, y la idea de la dignidad de un ser que sólo se rige por la ley a la cual está él mismo sometido por su propia voluntad, porque esta ley, como veremos está en la voluntad misma.

§ 1 La voluntad de acción: Máximas y leyes. El ámbito de la razón práctica es el ámbito de la voluntad. Las ideas de Dios, Mundo y Alma más la idea de voluntad son las hipótesis fundamentales sobre las que se asientan nuestras acciones. El origen de la obligación moral reside en la razón misma: «no solo somos seres racionales, también somos seres morales». El «también» es la referencia explícita de la racionalidad a la moralidad, de modo que junto a una racionalidad teórica habrá una racionalidad moral. ¿Qué debo hacer?
Para saberlo es preciso distinguir entre máxima y ley. Máximas son principios subjetivos de acción y dependen de la voluntad del sujeto. Leyes son principios objetivos de acción, son juicios universales y necesarios, esto es, válidos para todo sujeto racional. Las juicios que se aplican al ámbito de lo teórico se llaman principios del conocimiento, los que se aplican al orden práctico de las acciones de llaman leyes morales. Las leyes objetivas de acción práctica dan lugar a los imperativos que pueden ser de dos tipos: hipotéticos y categóricos.
§ 2 Imperativos hipotéticos. Los Imperativos Hipotéticos son principios subjetivos de acción. Son aquellos que declaran una acción prácticamente necesaria si la volun­tad se presenta algo como fin o si la voluntad se propone un fin determina­do. Estos fines pueden ser: fines posibles y entonces los imperativos hipo­téticos se convierten en reglas de habilidad: «si prosigues tal fin toma tal medio; o fines reales y entonces tenemos reglas de prudencia: «puesto que quieres tal cosa (ser feliz, por ejemplo) haz tal cosa y evita tal otra».
Observaciones: Los imperativos hipotéticos no ofrecen dificultad algu­na, se fundan en el principio de identidad. Piensa Kant que de la voluntad que quiere un fin deberá querer por idéntica razón los medios adecuados para su consecución efectiva. Se trata, por tanto, de una proposición analítica, pues se extrae descomponiendo el concepto de sujeto: de la idea de un fin a reali­zar surge la idea de la volición de los medios para conseguirlo. Los imperativos hipotéticos son, pues, juicios analíticos.
§ 3 Imperativo categórico. Declara una acción objetivamente necesaria en sí misma, sin relación a ningún fin. Es la regla de la moralidad, la ley moral universal y necesaria en que se fundan todas nuestras acciones.
Dificultad: Se trata de un proposición sintética a priori pero no de orden teórico sino de orden práctico. Es a priori, porque no esta sacada de ninguna experiencia, y es anterior (prior) a toda experiencia ya que desde ella se nos abrirá todo un campo de experiencia. Es sintética, porque está formada por elementos distintos enlazados en la proposición y porque el imperativo categórico un querer, una volición, no en cuanto a su propio contenido, sino a una ley formal de la razón.

«Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal» (p.112)
Observaciones: Nada de esta formula procede de la experiencia. Por tanto, no tiene contenido material alguno, pero es el principio formal de todos los deberes, pues gracias a ella podemos extraer máximas de acción moral. Máxima es un principio subjetivo de acción, en virtud de la cual uno se propone obrar, (y el obrar puede muy bien ir contra las leyes). Ley es un principio objetivo de acción, esto es universal, válido para todo ser racional.
Experimento el imperativo categórico, incondicional, probándolo en la existencia, en mi propia vida, dice Jaspers, pensador existencialista; y gracias a su estructura formal, puede llegar a ser un inconmovible fundamento de mi obrar. El imperativo categórico no está sometido a prueba, soy yo quien estoy sometido a prueba ante su emplazamiento incondicional. Y es que el hombre ante este imperativo categórico, no está ante un precepto extrínseco, que tenga que cumplir por no tener más remedio que hacerlo, sino que, en tanto ser racional se impone a sí mismo como razón en general.

Otras formulaciones: «Obra como si la máxima de tu acción debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza»(p. 113) ; «Obra de modo que trates a la humanidad en todo momento, tanto en tu persona, como en los demás, nunca sólo como medio, siempre como fin ( p. 114).
Expone claramente la dignidad suprema del hombre a quien debe considerarse como un fin en sí mismo, nunca solo como medio.

§ 4 El Deber. Del imperativo surge la noción de deber, algo previo a todo contenido moral, lo que hace que su ética sea una ética formal, autónoma y a priori. Por deber entiende *la necesidad de una acción por respeto a la ley», la felicidad o el bien, aunque es algo connatural a las apetencias y deseos humanos, depende de la validez universal del imperativo, que es el mandato de la razón, que dice: Obra tu, o tu debes. Eso no quiere decir que se renuncie a la felicidad ni a las demás virtudes, pero sí que pasan a un segundo plano. De hecho, en la Metafísica de las costumbre recupera las virtudes como obligaciones del hombre.

§ 5 La autonomía de la voluntad y la libertad. Es la condición de posibilidad de todo obrar moral. Todo sujeto moral tiene la facultad de autodeterminarse con arreglo a principios autónomos propuestos por sí mismo. Esta autodeterminación es su propia libertad una de sus cualidades más preciadas.

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